lunes, 3 de julio de 2017

O-sea-no-de-realidad-es: "Don Carlos Matero"

Don Carlos Matero, me llaman; olvidan que tengo un segundo nombre, uno que eligió mi mamá. Carlos Arturo Matero Condori, pa servirle a usté y a dios, aunque mis tíos, desde chiquito, más bien me decían que no servía para nada… Todos me llamaron desde pequeño por el homónimo de mi padre: la maldición y la venganza del papá desquitándose con el hijo mayor, que en mi caso, fue el único, pues me quedé con la responsabilidad de ser el cumplido, bien portado, inteligente, consentido, pero también el regañando, mal portado, desmadroso, incumplido vástago de este joven matrimonio.
Toda esta idea de aceptar el contrato con el editor de Pechuga de Maryposa comenzó por dos razones: la primera, y la segunda (ay Cantinflas, cómo te quiero). Mi Teporochismo consciente, en el cual, como sabemos, se bebe hasta la inconsciencia, que me hizo firmar un contrato un tanto truculento en donde mi salario se ve reflejado en botellas de licor (llámense Rancho escondido, Bu-kañas, Los reyes, Anís del chango, Antillano, sin exceder en el precio). Algo que no resulta redituable pues hace casi dos semanas que dejé de beber, ¡ya no más!
Pues bueno, como ahora ese licor lleva guardado dos semanas, quizá lo cambie por marihuana, porque de ésa no me alejo ni en drogas; así de oximorónico es mi diario acontecer. La segunda razón por la que acepté este espacio es porque me quedé pensando mucho en el libro de un gringo donde hace un juego literario bastante original, a mi parecer, en donde mezcla parte de su vida y le da los tintes ficcionales, de ésos que se vale todo autor para lograr su treta frente a los lectores.
Lo que tiene de original, también lo tiene de insufrible y pretencioso: en muchas partes uno se puede preguntar qué chingados hace leyendo las memorias de un cuarentón de vida medianamente, o, mejor dicho, casi carentes experiencias de interés. No obstante, y siguiendo el método plagiario de unos autores, me dije primero que escribiría un libro llamado “Cuando Arturo Matero leyó La tragedia de Arthur, escrita por Arthur Phillips”, y con mi nombre mero abajito: “Arturo Matero”.
Como siempre he firmado mis textos con el Arturo Matero –y después Don Arturo Matero, no por mamón, sino porque así me comenzaron a decir en la prepa cuando cumplí veintidós años- se me hacía pretencioso escribir al menos un artículo que se titulara así, y que quede claro que desde lo pretencioso quería inspirarme en el Tocayo Phillips, por algo así decidí también rifarme el tiro de esta sección, para contar un o-sea-no-de-verdad-es.

Dije que ni una copa más, maldita sea, llevo dos semanas sin beber y tres de enamorado. Observo un patrón. Ahora no sé de qué rayos escribiré, algo debía, seguramente, detener mi locura de las letras, y antes de ponerme a escribir versos estúpidamente ridículos y románticos, prefiero dejar la pluma de lado. Salut con té.

Arturo Matero

Estrenando sección

REtomando la onda del tiempo nos volcamos, de nueva cuenta en el espacio, para compartir con ustedes los productos creativos de nuestro nuevo colaborador: Arturo Matero.
Así pues por fin le haremos al cuento, en realidad, no sabemos que tan cuentero es el susodicho antes mencionado pero por lo pronto no hace llegar uno de sus textos. Demos la bienvenida pues a nuestro maese compositor de su propia sección en este espacio y otros más:
O-sea-no-de-realidad-es resulta el nombre de tal sección, en la cual procuraremos, darle un seguimiento con la intensión de mostrarles textos nuevos de manera más pronta
POr ahora los dejamos para que se deleiten con la inauguración de nuestra sección.



viernes, 20 de enero de 2017

id/e/a (bien) venida

De la base a la cima
La semilla que germina
Espiral mención
De la dimensión es
Clara el agua
La palabra declara
El inicio día
El otro lado noche
Cobija que nos abriga
Obscura guía
Que se aclara
Al amanecer
Con ciencia
Perversa que nos tuerce el entrecejo
Con tanto concepto
Para darle sentido
Ala pura sensación divina
Vino anejo
A quién la furia le Basta,
Chaman incendiado de
Realidad que brinda
A la salud del te porocho
Con siente,
Lo más suave
Del malabar vida.
PA YA Cito
Del libro de libros
La esencia.